Discurso inaugural
Primeras Jornadas de Medicina Interna para el Litoral Argentino | Rosario 1985
“Autoridades presentes, señores Profesores, Doctoras y Doctores, Señores Estudiantes…
En nombre de la Asociación de Medicina Interna de Rosario y el Comité Organizador de éstas, las Primeras Jornadas de Medicina Interna para el Litoral Argentino, les doy la bienvenida, agradeciendo el haber respondido a nuestra convocatoria con vuestra presencia.
Brevemente queremos señalar los varios motivos que nos han impulsado a organizar este evento.
En primer término, nuestra Asociación, en una nueva etapa, ha creído perentorio estrechar los vínculos entre los especialistas en Medicina Interna, tanto de nuestro medio como de otras provincias, en el convencimiento que el conocimiento mutuo, el quehacer conjunto, el intercambio de experiencias, la posibilidad de trabajos cooperativos y el sentar las bases para futuros encuentros de este tipo, redundará en beneficios de todos y en la jerarquización de nuestra Especialidad.
En segundo lugar, conocido es que nuestra vocación y nuestra práctica nos obliga a la actualización permanente. Esta actitud queda fielmente reflejada en las palabras del recientemente fallecido Profesor Alfredo Lanari, cuando en esta ciudad hace poco más de un año, nos decía, con la simpleza y claridad conceptual que le era tan habitual: “Entre otras características, el Internista se descubre cuando frente a una Revista de temas médicos siente que todos sus artículos le interesan y que todos merecen ser leídos”. Este sentimiento de que cada nuevo conocimiento adquirido podría haber sido, puede o podrá ser de utilidad al destinatario último de nuestro accionar, y que este aprendizaje debe abarcar con profundidad variable todos los aspectos de la Patología Médica, es una característica del Clínico.
Es en virtud de lo citado que nuestro Programa incluye la puesta al día sobre entidades frecuentes y de consulta habitual, así como la difusión en campos de más reciente desarrollo.
También hemos creído necesario difundir aspectos de interés epidemiológico regional y tratar la temática de la Ansiedad y la Depresión, entendiendo que el concepto actual de Salud ya no puede restringirse a la “ausencia de enfermedad o al completo bienestar psicofísico” definición ésta cercana a la utopía en un Mundo sometido a la violencia, las crisis económico sociales, la drogadicción, el hacinamiento urbano etc.
Tercero, hemos creído de interés debatir al término de estas reuniones y en un Panel de Discusión, acerca de nuestra situación actual y nuestras inserción en el esquema sanitario vigente. Reseñando algunas cuestiones, decíamos textualmente en nuestra citación: “el Internista, que es un Médico generalista que debe conocer los fundamentos sobre los que desarrolla su trabajo el Especialista y conjugarlos en una visión totalizadora, es cuestionado en su saber y en su lugar por el crecimiento de las subespecialidades, haciéndose al parecer incierto su rol en la Medicina de hoy y de los años por venir”.
Este panorama contrasta sin embargo con el papel que se nos adjudica en el concierto de la Medicina mundial:
Así, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud puntualizó en 1978 la meta de lograr “Salud para todos en el año 2000” y surge en forma evidente nuestro papel en ello como integrantes jerarquizados del equipo de Atención Primaria.
Ya en un segundo nivel de atención, desde hace más de una década en los países desarrollados se ha hecho hincapié en la necesidad de contar con Especialistas en Medicina Interna que integren y coordinen la información parcial brindada por los otros integrantes del equipo de salud, relacionándose con el paciente con una concepción holística de éste como “ser sufriente”, evitando la habitual fragmentación y distorsión de considerar a un enfermo como la resultante de la suma de entidades o síndromes, abstracciones solo existentes en la mente del profesional e irreales fuera del hombre que las padece.
También importante es nuestra tarea en lo que respecta al problema tan actual y acuciante de la contención y redistribución de los Costos destinados a la Salud.
Referente a esto, en un reciente artículo publicado en Annals of Internal Medicine en Abril del corriente año, se puntualiza que el Internista podría actuar como vía de acceso inicial o punto de entrada a todo el Sistema Sanitario, centralizando la tarea médica y asegurando no sólo calidad y coordinación, sino vigilancia en el uso de los sistemas de mayor complejidad y costos.
Este y los anteriores conceptos conllevan entonces a la necesidad de readecuar la Enseñanza Médica y la Organización Sanitaria, adaptándolas para tales propósitos.
Por último, queremos agradecer a todos los expositores, quienes en número de setenta han accedido con entusiasmo y desinterés a trabajar en cada una de las diferentes actividades de estas Jornadas.
En especial, mi reconocimiento a los integrantes del Comité Organizador y a todos los que de una u otra manera nos han ayudado, sin cuyo tesón y esfuerzo este evento no podría haberse llevado a cabo.
Descontando vuestra activa participación, así como vuestra puntualidad para el correcto desarrollo de lo planeado, hago votos para el éxito de este encuentro.
Muchas gracias.
Prof. Jorge A. Manera
Junio 1985
(transcripción fiel del original)