Cuarenta años de Clínica Médica en Rosario
Las razones de una vigencia
La tradición médica de Rosario y la calidad de su salud pública es un motivo de legítimo orgullo para todos sus habitantes. En cualquiera de las especialidades médicas, es fácil descubrir en todas las épocas, figuras que han alcanzado relieve nacional e internacional y la Clínica Médica, por cierto, no ha sido la excepción sino más bien uno de los ejemplos más importantes.
Para explicar esta realidad se pueden transitar varios caminos. El que voy a destacar es el que se basa en tres pilares fundamentales: a) Los servicios de Clínica Médica de los hospitales públicos de la ciudad, tanto de jurisdicción provincial como municipal y también de varias instituciones privadas de sólido prestigio, b) la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario y c) la Asociación de Medicina Interna de Rosario (AMIR).
Comenzaré refiriéndome a AMIR porque hace exactamente cuarenta años, un grupo numeroso de internistas de la llamada “generación intermedia” de entonces tuvo la decisión de provocar un giro copernicano en el modelo asociativo vigente y producir una verdadera refundación. De ser la Sociedad de Medicina Interna una institución de escasa convocatoria y de esporádicas reuniones con pobre concurrencia, la nueva Asociación (el cambio de denominación resultó fundamental) se convirtió en un punto de atracción dinámico y multitudinario, abierto a todos los internistas de Rosario y su zona de influencia, con un gran poder de convocatoria tanto para los experimentados como para los jóvenes en formación.
Cabe preguntarse cómo fue posible esta transformación tan profunda. Creo que en primer lugar, fue necesaria la sabia decisión del grupo que inició el cambio, de dejar de lado resquemores heredados de épocas anteriores, en que los seguidores de alguna figura destacada de antaño, hicieron propio el enfrentamiento con seguidores de otra figura destacada, sin saber muy bien por qué. Fue así que todos nos empezamos a mirar unos a otros sin prejuicios ni rivalidades sin sentido y nos dispusimos a hacer cada vez más grande a nuestra especialidad. Tuvo enorme importancia la convocatoria a los jóvenes, a través de las diversas residencias, cuyos integrantes apenas se conocían antes y así sentar las bases de la futura renovación generacional que fue dándose armónicamente con los años.
La AMIR fue creciendo en forma constante, manifestándose en pequeñas Jornadas locales y regionales en los comienzos de la década del 80 hasta en Congresos Internacionales de gran relevancia en el contexto de la Medicina Interna argentina, como puede exhibir en la actualidad. En tales encuentros, cada vez con más orgullo y entusiasmo, nuestros servicios hospitalarios presentan su producción científica que pasó de ser una mera casuística a trabajos originales de investigación clínica que han merecido publicaciones internacionales y numerosos premios.
En este crecimiento de la investigación y en el nivel del mismo, fue de fundamental importancia la Carrera de Postgrado de Especialización en Clínica Médica de nuestra Facultad de Ciencias Médicas de la UNR. La antigua Residencia de Clínica Médica que admitía solamente once ingresantes por año, se transformó en una carrera universitaria multicéntrica, que no solamente quintuplicó la oferta educativa en cuanto a número de plazas, sino que brindó una formación sólida en los aspectos teóricos tanto en el terreno disciplinar específico, cuanto en Metodología de la Investigación Clínica y Epidemiológica. La formación que adquirieron sus ya numerosos graduados ha sido sin duda la razón fundamental de los avances cualitativos de la producción de cada uno de los centros formadores.
Rosario puede decir, sin falsa modestia, que tiene una Clínica Médica de primer nivel en el país; que contribuye en pie de igualdad con diversas ciudades a ostentar un relieve internacional del que la Argentina carecía al comienzo de este proceso y en esto ha tenido mucha importancia la pertenencia al Foro Argentino de Medicina Clínica, que se logró conformar luego de varios intentos fallidos anteriores.
Hoy podemos decir que los clínicos que constituimos la AMIR somos ante todo un grupo de amigos que nos sucedemos unos a otros en la conducción de la institución poniendo siempre lo mejor de nosotros desde el lugar que nos toque ocupar. Nuestro estatuto establece sabiamente que el Presidente saliente de un período permanece en la Comisión Directiva en condición de Vocal Titular en el período siguiente, dotando esto de continuidad a la gestión de la Asociación y demostrando que no nos hacen falta títulos para volcar cada uno lo que tenga para ofrecer desde su capacidad y su experiencia.
Quienes me conocen habrán podido advertir la satisfacción y la alegría que experimento al trasladar a estas líneas experiencias tan profundas como las que me tocó vivir en todos estos años. Agradezco a los queridos amigos de mi generación con los que, en coincidencias y discrepancias, compartimos un ideario común. Y al volver la vista atrás y ver la senda que nunca se ha de volver a pisar, como decían los versos de Machado, agradezco también a los que nos han sucedido y a los más jóvenes que se incorporan año a año. El futuro es solo de ellos y tengo plena confianza en que lo dotarán de la grandeza que apenas puedo vislumbrar, pero que ellos convertirán en realidad.
Alcides A. Greca Profesor Honorario de la UNR
Ex Presidente de AMIR